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Preliminares Durante
el siglo XX, la Física ha proporcionado una visión
extremadamente precisa de los componentes fudamentales de la materia
(las partículas elementales) y las leyes que regulan su comportamiento
(las interacciones fundamentales). Es decir, ha proporcionado una explicación
a la pregunta `¿de qué están hechas las cosas?´.
Hoy
sabemos que la materia está hecha de átomos, que
a su vez se componen de un núcleo y una nube de electrones
que lo orbitan. El núcleo está a su vez compuesto de
protones y neutrones, que a su vez están compuestos de quarks.
Tanto los electrones como los quarks se comportan, con la precisión
experimental actual, como partículas puntuales, sin estructura.
Toda la materia del Universo está por tanto compuesta de quarks y
leptones (los electrones
son un tipo especifico de las partículas llamadas leptones).
Asimismo, las fuerzas en la Naturaleza se pueden entender en términos
de cuatro fuerzas fundamentales: la gravitacional, la electromagnética
(que unifica la electricidad y el magnetismo), la interacción
fuerte (que liga los quarks para formar protones y neutrones, y a
los protones y neutrones para formar núcleos) y la interacción
débil (que es capaz de transformar unas partículas
en otras, y que subyace a los fenómenos radiactivos). En el
marco de la Mecánica Cuántica, estas interacciones
se interpretan a su vez como intercambios de determinadas partículas,
los cuantos del campo de interacción. Estos cuantos son el
fotón
para la interacción electromagnética, los bosones W/Z
para la interacción débil ylos gluones para las interacciones
fuertes. La interacción gravitacional, una vez emmarcada
dentro de la Mecánica Cuántica
tendría
su correspondiente partícula portadora, el gravitón. Esta descripción
de la Naturaleza y su comportamiento al nivel más fundamental
subyace a la explicación de los fenómenos
cotidianos (como la caída de los cuerpos, las órbitas
planetarias, las corrientes elécticas, etc), pero permanece
válida a energías mucho más altas, como a las
altísimas temperaturas del Universo primitivo, o las que se
alcanzan en los experimentos actuales de colisiones de partículas.
No obstante,
esta descripción
esta minada desde sus cimientos, ya que se basa en dos pilares de
la Física Teórica que
son, en su forma presente, mutuamente incompatibles. La descripción
de las interacciones electromagnéticas, fuerte y débil,
denominada Modelo Estándar (de Partículas Elementales)
se enmarca dentro de la Teoría Cuántica de Campos, una
forma avanzada de la Mecánica Cuántica. Sin embargo,
la descripción de la interacción gravitacional se basa
en la Teoría de la Relatividad General de Einstein, que es una
teoría clásica, y por tanto no incluye efectos cuánticos.
La
inclusión de efectos cuánticos en la interacción
gravitacional siguiendo procedimientos habituales conlleva respuestas
patológicas a muy altas energías, del orden de la escala
de Planck (presentes en el Universo primordial a los 10-44 segundos,
o equivalentemente 1017 veces más altas que
las energías
accesibles en aceleradores de partículas). Para información
más extensa sobre el problema de la Gravitación y la
Mecánica Cuántica, ver el artículo
La
gravedad y los cuantos, por el Prof. Enrique Alvarez (IFT, Madrid). A pesar de que el problema
se plantea en un regimen actualmente no accesible al experimento, éste continúa siendo uno de
los problemas fundamentales de la Física Teórica: la
formulación de una teoría que describa la interacción
gravitacional de forma consistente a nivel cuántico, y que por
tanto permita reconciliar la Relatividad General con la Mecánica
Cuántica (y por ende la interacción gravitacional con
las restantes interacciones fundamentales). Se puede encontrar una
discusión de los problemad de unificación de las interacciones,
y el papel de la teoría de cuerdas en este aspecto, en el artículo
La
teoría de cuerdas, por el Prof. Sunil Mukhi (Tata Institute,
India).
La Teoría de Cuerdas La propuesta natural
para lograr esta descripción unificada es la modificación
del comportamiento de las partículas a energías muy
altas, de modo que se corrija el comportamiento patológico
de la gravedad a energías del orden de la escala de Plank.
Las modificaciones serían muy pequeñas en las situaciones
más familiares,
pero entrarían de forma esencial en la explicación
del comportamiento de la Naturaleza en sistema de gravedad muy intensa,
donde la curvatura del espacio-tiempo es muy alta (radios de curvatura
del orden de la longitud de Planck, es decir 10-35 m),
como en los agujeros negros, o en el principio del Universo.
La teoría de
cuerdas (o supercuerdas) propone precisamente una modificación
de este tipo. Concretamente parte de la hipótesis de que las
partículas elementales no son puntuales, sino objetos extensos
en una dimensión (realmente cuerdas). El tamaño de
estas cuerdas es muy pequeño, mucho menor que las menores
escalas de longitud medidas experimentalmente (10-17 m).
Aunque normalmente se supone que este tamaño es del orden
de la longitud de Planck (10-35 cm), en algunos modelos
este tamaño podría ser mayor (del orden de 10-18 cm).
A energías muy bajas, no existe suficiente resolución
para observar el tamaño de las cuerdas, y su comportamiento
se reduce al de partículas puntuales. Sin embargo, a energías
muy altas, la naturaleza extensa de las cuerdas comienza a manifestarse
y modifica el comportamiento de las partículas de modo que
sus interacciones gravitacionales, calculadas en la teoría,
no presentan ningún comportamiento patológico.
Una introducción en español a la teoría
de cuerdas y otros campos relacionados, se puede encontrar en el
capítulo
De la teoría de
cuerdas del libro virtual
A horcajadas en el tiempo,
por Patricio T. Díaz Pazos (ver también
Supercuerdas).
Algunas introducciones
generales a teoría de cuerdas (en inglés) se pueden
encontrar en
La teoría de cuerdas tiene profundas implicaciones en nuestra visión
de la Naturaleza.
En la teoría de cuerdas, las diferentes partículas son
simplemente diferentes modos de vibración de un único tipo de cuerda. Es más,
determinados modos de vibración corresponden a las partículas portadoras de
las interacciones fundamentales. Por tanto, implica una unificación
definitiva, donde todas las partículas e interacciones reciben una explicación
en términos de un solo tipo de objeto.
La consistencia matemática de la teoría
implica que nuestro Universo posee dimensiones espaciales adicionales,
curvadas sobre sí mismas y de un
tamaño que las hace inobservables a las energías actuales, pero que influyen
en el comportamiento de las partículas a energías muy altas (potencialmente
accesibles en futuros experimentos, y ciertamente experimentadas en el
Universo primitivo).
La descripción de sistemas gravitacionales
en teoría de cuerdas incorpora
de forma natural el concepto de holografía. Esta idea, propuesta por 'tHooft
y Susskind en el conexto de agujeros negros, consiste en que los grados de
libertad de una teoría gravitacional pueden codificarse en una hipersuperficie
de una dimension menos (tal como un holograma bidimensional codifica una
imagen tridimensional).
La correspondencia AdS/CFT en teoría de cuerdas
permite una descripcion cuantitativa de fenómenos gravitacionales, tales como
la microfísica de agujeros negros, en términos de una teoría holográfica dual,
descrita como una teoría cuántica de campos.
Una
introducción a
holografía, la correspondencia AdS/CFT y sus implicaciones se puede encontrar
en la charla de Juan Maldacena (IAS, Princeton)
Agujeros
negros, Cuerdas y Gravedad Cuántica.
Inversamente, la correspondencia
AdS/CFT se puede aplicar a comprender fenómenos complicados en teorías
de campos en acoplamiento fuerte (como la hidrodinámica del plasma
de quarks y gluones) utilizando la descripción
gravitacional dual, en la aproximación clásica.
Desde un punto de
vista más abstracto,
el espacio y el tiempo clásicos
son conceptos derivados en teoría de cuerdas. La teoría de cuerdas propone
en varios límites, versiones drásticamente modificadas del espaciotiempo
de Einstein. Por ejemplo, en determinadas situaciones la geometría en teoría
de cuerdas se modifica de forma que las coordenadas espaciotemporales no
conmutan
entre sí.
A pesar de todos los progresos en
el campo, la teoría de cuerdas es en
ciertos aspectos una teoría aún en construcción, cuya forma última se enmarca
en la denominada (y todavía misteriosa) teoría M. Esta teoría, cuya estructura
es tratable en situaciones particularmente sencillas, incluiría efectos
de acoplamiento fuerte en la teoría de cuerdas, y trataría en pie de igualdad
las cuedas denominadas fundamentales y otros objetos no perturbativos
(las
p-branas) presentes en la teoría.
Para más información sobre teoría de
cuerdas y la teoría M, se pueden consultar
La teoría de cuerdas permanece como
uno de los campos más activos en Física
Teórica. La conferencia anual Strings reune cada año del orden de 500
investigadores en el campo para compartir sus ideas y discutir los avances
de la teoría. Para conocer mejor los puntos de vista de algunos investigadores
del campo, se pueden consultar por ejemplo las siguientes entrevistas (en
español):
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