Centro de Excelencia Severo Ochoa
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"Un mes antes de morir tiroteado en su coche oficial, en octubre de 1963, el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy aprobó el lanzamiento de satélites para alertar del mayor desastre imaginable: la explosión de bombas atómicas. En 1967, este programa vigía llamado Vela detectó misteriosos estallidos que no llegaban de la Tierra, sino del espacio exterior. El asunto quedó guardado en un cajón hasta que, años después, se supo que aquellas señales eran el tipo de radiación más potente del universo, que posiblemente llegaba desde fuera de nuestra galaxia. Sin que nadie lo hubiese planeado, se había inaugurado una nueva forma de observar el universo: la astronomía de rayos gamma."
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